Visita del Rector Mayor de los Salesianos

Durante la jornada del 4 de mayo tuvo lugar la visita a Las Palmas de Gran Canaria del Rector Mayor de los Salesianos, el español Ángel Fernández Artime (Gozón-Luanco, Asturias, 1960), para compartir el centenario de la presencia local.

Este encuentro, tras su paso por Tenerife durante las dos jornadas previas, permitió al superior general de la Congregación conocer de primera mano la labor salesiana en Gran Canaria, en su primera visita oficial a la isla, para dialogar con los salesianos, miembros de la Familia Salesiana, educadores, jóvenes y representantes de la Iglesia local.

La primera parada del programa previsto fue la céntrica Plaza de Sta. Ana, con su paso por la Santa Iglesia Catedral-Basílica de Canarias, ubicada en el antiguo barrio de Vegueta, para visitar posteriormente a Monseñor José Mazuelos Pérez, Obispo de Canarias, en el Palacio Episcopal de la Diócesis en un distendido momento en el que estuvo acompañado por Juan Carlos Pérez Godoy, Consejero para la Región Mediterránea.

Tras ese diálogo se dirigió hasta la presencia salesiana de Las Palmas donde casi 2000 jóvenes de los centros Tomás Morales, Guanarteme, Árbol Bonito, Telde, El Polvorín-Fundación Canaria Maín, de las Hijas de María Auxiliadora en la isla, y los anfitriones, que dieron la bienvenida al X sucesor de Don Bosco en un acto académico que arrancó con el tradicional canto ‘Vivo en un archipiélago’.

El primer homenaje llegó con ‘Si sabes silbar’, con el recuerdo a la Hijas de María Auxiliadora que llegaron hasta Gran Canaria en 1939, con su primer centro, en Tomás Morales. “Con el paso de los años, crecía la devoción a María Auxiliadora por todos los rincones de la ciudad, esta vez, las Salesianas llegaban hasta la orilla de la Playa de las Canteras, en el barrio de Guanarteme, para fundar su colegio Nuestra Señora del Pilar, allá por el año 1945. Al año siguiente, fundarían el Colegio San Juan Bosco, en Árbol Bonito”, contaban intercalando con diferentes actuaciones con canciones como Sorondongo y folías.

“Esta vez, la devoción a María Auxiliadora traspasaba los muros de esta ciudad, y llegaba hasta la vecina Telde. Algunos la llaman la ciudad de los Faycanes, otros la conocen por ser la sede del primer Obispado de Canarias, pero si algo la hace especial, es la figura de María Auxiliadora que te recibe en la entrada de la ciudad. En el año 1948, las Salesianas fundaron el colegio María Auxiliadora”, contaban los alumnos representando la danza de cintas de la Victoria para ceder el protagonismo a los jóvenes de la Fundación Canaria Maín, que aprenden español en sus clases en El Polvorín, y quisieron dedicar un saludo en diferentes lenguas.

«Estamos muy contentos de poder vernos y saludarnos», compartía don Ángel en su primer saludo a los ‘amarillos, a los rojos, a los azules, a los naranjas y blancos’, en referencia a los colores de las camisetas que teñían el patio. “Saludad a la cámara, nos está viendo medio mundo”, invitaba a los presentes para provocar el alboroto de los más pequeños.

 “Quería deciros que nos parecía muy importante estar aquí para celebrar los 75 años de la presencia de las Salesianas en Telde y a los 100 años de esta obra. Os dejo la misma profecía que a vuestros amigos de La Orotava. Lo más bonito que podemos regalarnos es que todas las casas de Don Bosco y Madre Mazzarello sean siempre lugares para acoger a la juventud y para prepararla para la vida”, comentaba. “Mi mayor alegría es imaginaros en cualquier lugar, al salir de aquí, y que estéis cargados de valores”, concluía para cerrar este bloque con la llegada de una vibrante batucada.

“Una ola es una ondulación del agua sobre la superficie del mar. Las olas viajan miles de kilómetros por el mundo, a velocidades y lugares diferentes y llegan a besar nuestras playas. Normalmente, las olas se forman por el viento, aunque su historia comienza muy lejos, en el sol. Y como esas olas que nos bañan y ese sol que nos ilumina, queremos seguir viviendo el mensaje de Don Bosco y dejar que calen las palabras del Rector Mayor, al que agradecemos enormemente su presencia y su mensaje. Esta siempre será su casa, ¡Gracias Don Ángel!”, finalizaban el acto tras una multitud de fotos y autógrafos, como si una estrella del balón se tratara.

La guinda de este momento la puso la bendición del azulejo que conmemora la visita para celebrar los cien años de la llegada de los primeros salesianos a la ciudad y que permanecerá presidiendo el patio central de la obra.

Durante la tarde comenzaron los actos previstos con el desarrollo de un encuentro del Rector Mayor con miembros de la Comunidad Educativo-Pastoral y de la Familia Salesiana de Gran Canaria en el salón de actos. Le daba la bienvenida el director Carmelo Pulido con una glosa a su figura haciendo un recorrido por los diferentes rectores mayores que visitaron esta tierra, empezando por Egidio Viganò; pasando por Juan Edmundo Vecchi y su parada en Gando, hasta llegar a Pascual Chávez y su visita en 2016 recogiendo la invitación de los salesianos cooperadores. Esta efeméride se enmarca en el centenario de la obra que se alargará hasta el próximo 8 de diciembre. “La de este jueves, 4 de mayo de 2023, es una fecha que desde hace meses está marcada en rojo en muchos almanaques. Una fecha que, más aún, quedará grabada para siempre con letras de oro en los anales de la ciudad. Para nosotros es un día histórico, un día de gracias, el poder tener con nosotros al décimo sucesor de Don Bosco. Bienvenido, don Ángel”, compartía el salesiano.

Entre las referencias era inevitable evocar a algunas de las frases del santo de los jóvenes. “Una casa sin música es como un cuerpo sin alma”. La misma ocupó un lugar destacado en el acto mediante dos piezas musicales muy significativas preparadas por una representación de los profesores de música de los colegios de salesianos y salesianas. “Desde el momento en que se realizó el estreno de esta pieza musical en 1880, se erige como todo un símbolo de la identidad de Canarias. De ahí, que actualmente se establezca como himno de nuestra Comunidad Autónoma la melodía correspondiente al Arrorró de los Cantos Canarios de Teobaldo Power. Nuestro himno cuenta con una de las melodías más hermosas que existen en la música canaria. No ha de haber una tonada más poderosa en cualquier cultura que aquella que usan las madres para arrullar el sueño de sus hijos”, compartían desde la conducción del acto.

 La segunda pieza, en la melodía del ‘Salve Don Bosco Santo’, representó desde el patio de butacas y, en una sola voz, a toda la Familia Salesiana en todo el mundo. “En nuestros orígenes Don Bosco funda la Congregación con un grupo de sus muchachos. Eran chicos de la calle. Crecieron con él y junto a él descubrieron horizontes nuevos por los que valía la pena apostar la vida entera”, compartían.  “Aquellos jóvenes decidieron quedarse con Don Bosco porque el pan prometido nunca se agotaba y era repartido a manos llenas a los pobres; el trabajo anunciado era la alegría de la entrega cotidiana y sin reservas; el paraíso, una esperanza cierta que hundía sus raíces en la misericordia y la ternura de Dios. Sí, Miguel, Juan, Francisco, José y tantos otros de aquellos chicos decidieron quedarse en casa con el padre, con el amigo, con el maestro, con el santo. Su mirada profética les cautivó, su corazón de buen pastor les habló de Dios, sus manos laboriosas y solidarias les parecían cauces que abrían un mundo nuevo y mejor para todos”, narraban.

Tras este sentido homenaje el Rector Mayor quiso devolver todo el cariño con alguna confesión. “Pude venir a Gran Canaria en mi primera visita algún tiempo antes de mi nombramiento como Provincial de la Inspectoría María Auxiliadora que no se llevó a término por mi servicio como Rector Mayor. No se llevó a cabo porque dicen que lo bueno se hace esperar. Ahora os digo que me quedaría mucho más tiempo en esta tierra”, contaba para saludar personalmente a cada uno de los grupos de la Familia Salesiana y responder a diferentes cuestiones en un encuentro fraterno.

El encuentro finalizó con dos canciones canarias, folías e isa, con el instrumento que identifica a esta tierra: el timple, con uno de los más característicos en el folclore de las islas Canarias.

Posteriormente, a partir de las 19:00h, tuvo lugar la celebración de la Eucaristía, presidida por el propio Rector Mayor, para todos los que quisieron participar en este histórico día. “Solo la fe es lo que va a asegurarnos el futuro”, invitaba a los presentes durante la homilía a hacer viva esta invitación. “Vivir como cristianos desde la fe con el Señor de la vida que acompaña y que hablará en el presente y en el futuro. Junto a María Auxiliadora, confiando en ella, se verá lo que son los milagros en la vida de los jóvenes”.

La jornada concluyó con un brindis en el patio del Sagrado Corazón que estuvo abierto a todas aquellas personas que quisieron dar un último saludo al Rector Mayor.