Durante este nuevo curso, nuestras casas volverán a ser ese espacio abierto donde se entregan y reciben llaves: llaves de la confianza, de la amistad, del encuentro, del perdón… Llaves que abren corazones y que nos recuerdan que cada persona es un lugar sagrado.
« ¿A quién le dejarías tú las llaves de tu casa? »
Esa es la pregunta que nos lanza el lema pastoral de este año. Y la respuesta es clara: solo a alguien en quien confíes.
Confiar es una actitud, una manera de amar que nos compromete con nosotros mismos, con los demás y con Dios. Por eso, este curso se nos invita a:
- Confiar en ti mismo, en tus capacidades, en lo que Dios ha sembrado en tu corazón, poniéndolo al servicio de los demás.
- Confiar en los otros, reconociendo en ellos bondad, ternura, amor y perdón, compartiendo la vida y ayudando a abrir los candados que cierran caminos de fraternidad y justicia.
- Confiar en Dios, que confía primero en nosotros, que nos entrega sus llaves y sueña con acompañarnos hacia la verdadera felicidad.
El gesto de este curso es sencillo y profundo: entregar las llaves. Dar las llaves de tu casa o de tu vida es un acto inmenso de confianza, porque implica creer en el otro, abrirle tu corazón y permitir que entre en tu historia. Así queremos vivir: abriendo puertas, derribando miedos y construyendo juntos un mundo más humano, en paz, desde el respeto y la solidaridad.
También este curso nos acompañará una Palabra de Dios que será luz en nuestro camino:
“NO TEMAS, BASTA QUE TENGAS FE” (Mc 5,36)
Como a Jairo, Jesús nos recuerda que la fe es suficiente para transformar la oscuridad en vida, para sanar heridas y para descubrir que con Él no tenemos nada que temer.
Con María Auxiliadora como guía y compañera, y con Jesús como la llave que abre toda puerta, emprendemos este nuevo curso con la certeza de que no caminamos solos.
Así que… ¡CONFÍA! Porque Él es la llave que da sentido a tu historia, a nuestra historia.
No temas, basta que tengas fe
