
¡Que Ella nos proteja!
El 5 de diciembre se celebra el día de la Inmaculada con diferentes actos en los distintos niveles. La ESO lo celebra en Galdar, la Formación Profesional con el tradicional concurso de Postres ? , Primaria en la ermita de San Roque e Infantil en la capilla. Un día sin duda muy festivo y marcado por nuestra guía.
El 8 de diciembre es un día especial en la historia salesiana, repitió varias veces el propio Don Bosco refiriéndose a la congregación salesiana: “Esta Sociedad comenzó siendo una simple catequesis”. Se refería al día de la Inmaculada de 1841, el año de su ordenación sacerdotal. Y como entonces se encontró con un joven en la iglesia turinesa de san Francisco de Asís. En pocas semanas la sacristía y un pequeño patio interior serían la sede de lo que con el tiempo sería el inconfundible “oratorio salesiano”.
En una fecha tan mariana como un 8 de diciembre el “Ave María” fue una de las oraciones que Don Bosco pudo enseñar a aquel joven, Bartolomé Garelli, que se acercó a la iglesia, quizá buscando refugio ante un invierno que se anticipaba o quizá para seguir el consejo dado por su padres de que no dejase de ir a misa antes de dirigirse a la gran ciudad.
Sea como fuere, las celebraciones que en torno a la Inmaculada se repiten por toda España en estos días refuerzan la tradición salesiana de esta fiesta. Una celebración, que como en los grandes acontecimientos, comienza de forma muy destacada en la víspera. Las oraciones o vigilias especiales en torno al día de la Virgen Inmaculada se multiplican en torno a esta fiesta de María, al inicio del Adviento.
Ciertamente, nadie como Ella nos puede enseñar y ayudar a vivir la preparación para la Navidad. Ella es a la vez motivo y modelo de esperanza. Ella es evangelio, Buena Nueva, para toda criatura. Ella es prueba del amor de Dios al hombre y ejemplo del amor del hombre a Dios.
También Ella, Inmaculada y Auxiliadora, alienta la misión salesiana. Los jóvenes de las presencias pueden encontrar en María un ejemplo de ayuda en el camino compartido, de búsqueda de los bienes mejores, de esperanza e ilusión frente al pesimismo…
Catequistas, animadores, educadores, devotos de María y tantos otros… podemos imaginarnos en este 8 de diciembre –o quizá en la vigilia la noche previa–, siendo acompañados por Don Bosco y dejándonos guiar por él en la oración, repitiendo juntos: “Dios te salve María, llena eres de gracia…”. Sería una buena manera de vivir esta vigilia navideña.